Thursday, December 8, 2011

Memoria

Ayer Augie y yo fuimos al asilo donde está su suegro. Es un sitio muy bonito, donde puedes ver las montañas y me pareció que las enfermeras y asistentes trataban muy bien a los ancianos.

Fuimos a cantarles las canciones de Navidad y fue una experiencia maravilosa, porque se lo pasaron muy bien. Había casos de todos los colores. Ancianos que están fenomenal, física y mentalmente...ancianos que tiene serios problemas físicos...me llamó la atención que un número considerable de ellos habían perdido los pies, supongo que debido a la diabetes.

Cuando terminamos, un par de enfermeras nos preguntaron si podíamos subir a la planta donde están los enfermos de Alzheimer, donde nadie quiere ir, porque la gente se siente intimidada. Contestamos inmediatamente que por supuesto y allí nos fuimos.

La experiencia fue mucho más extrema en todos los sentidos...esta gente ha pasado lamentablemente una barrera mental, pero aunque podías ver que muchos de ellos viven en su propio mundo y no recuerdan, todos ellos recordaban las canciones y las seguían y cantaban entusiasmados. Creo que para ellos darse cuenta de que recuerdan canciones que han estado escuchando desde niños les lleva a una zona donde se sienten seguros.

Regresamos a casa comentando cómo recibir dinero por hacer algo está muy bien, pero hay cosas que valen más que el dinero.

2 comments:

Unknown said...

You are so right. There is no greater suffering than what you refer to in my estimation.
People can learn to cope with inabilities of all sorts but it takes great mental strength. What happens when that strength is what you lose? So very sad.

Dana said...

que experiencia más chula!