Para Marisa

No tengo otra forma de hablar contigo, Marisilla. Pues claro que me acuerdo de ti. Me acuerdo hasta de tu voz y de tu risa. De lo ordenada que eras. De lo guapa que eras. De que a veces estabas un poco triste, pero te reías mucho. Estoy segura de que aún eres muy ordenada y muy guapa, espero que te rías tanto.

Me ha encantado tu comentario. Me acuerdo mucho de los días de la carrera porque fue una época maravillosa para mí, llena de gente estupenda. Eramos todos muy diferentes, pero estábamos muy unidos.

No sé cuánto habrás cambiado tú, yo en algunas cosas soy igual y en otras muy diferente (es verdad, ahora me gusta mucho cocinar), estoy en mi segundo matrimonio (éste es maravilloso) y vivo fuera de España. Me han pasado cosas maravillosas y cosas no tanto, como a todos...pero me gustaría saber de ti y no tengo otra forma que ponerte mi email aquí...¿puedes ponerte en contacto conmigo? almudena.aguirre119@gmail.com

Un beso enorme, Marisa

Disciplina

Esta mañana estaba pensando en lo que la carrera me enseñó. Estudié filología inglesa. Volví a estudiar -bueno, realmente empecé a estudiar, porque antes no había estudiado nunca - a los 26 años, con dos niños de 4 y 9 años. Tuve que volver a hacer el COU, porque lo tenía suspenso, así que con 26 años me apunté a un instituto de San Blas por la mañana para hacer el COU y la selectividad.
Recuerdo el primer día en la Complutense como uno de los más felices de mi vida.
Estudié como una bestia, no hacía otra cosa que ocuparme de mis hijos y estudiar, estudiar y estudiar. Hacía las traducciones de latín mientras mis hijos estaban en la clase de Kárate, en un sillón del gimnasio, haciendo malabarismos con el libro, el cuaderno, el diccionario, el lápiz, la goma...mientras las otras madres pasaban esa hora charlando, matando el tiempo. Yo no tenía tiempo que matar.
Los fines de semana eran para mi familia, pero en el momento que los niños estaban en la cama, yo estudiaba y estudiaba.
Un día llamé a una compañera de clase un viernes por la tarde.
-¿Está Mercedes?
-No, no está, ha salido..¿la necesitabas para algo? (la madre)
-No...era para preguntarle algo de un examen
-Pero...¿ya teneis exámenes? si acabais de empezar el curso.
-No, bueno, el examen es dentro de 3 meses...

Entonces la madre, pensando que yo era una chica de 18 años como su hija, me soltó un discurso larguísimo de cómo había que disfrutar cuando se es joven, y de que hay un momento para todo y que estudiar es muy importante, pero también salir y hacer amigos y pasarlo muy bien.

Bueno, pues pensando yo esta mañana en lo que aprendí en esos años en la carrera, pienso que lo importante no fue el latín, el hebreo, el inglés antiguo, moderno o nada de lo que estudié, sino la disciplina que aprendí. Cómo aprendí a aprovechar el tiempo y a organizarlo. Cómo aprendí a estudiar, a razonar y a utilizar la memoria.

Creo que el hecho de tener una carrera me da la confianza de ir con un título bajo el brazo, pero lo que es incalculable es la disciplina que aprendí, el haber aprendido que por muy "espíritu libre" que sea, sin disciplina...no voy a ningún lado.

Cambio de hora y culpabilidad

No sé en España, pero aquí ya hemos adelantado el reloj una hora. Me encanta, porque para mí siginifica la llegada del buen tiempo, con sus días largos.
Hoy ha hecho una tarde preciosa, soleada, con la nieve derritiéndose y los pájaros cantando, pero yo he llegado cansada y he decidido ponerme a ver una película en mi portátil con mis dos perras debajo de la manta. Se me hacía rarísimo, porque siempre voy al sofá cuando ya es de noche, y de pronto...he empezado a sentirme culpable...fíjate...yo aquí....tirada a la bartola....y los platos de la cena sin fregar...y debería poner una lavadora....y sacar a las perras a dar un paseo, con esta tarde tan buena...

Toda historia tiene dos caras, así que he decidido que también me gusta mucho el invierno, con su nieve...la excusa perfecta para estar tirada a la bartola y disfrutar de un libro o de Kevin Costner a las 7 de la tarde, ¿no?

Ginger

He escrito varias veces sobre Ginger. Ginger la dinámica, la aventurera, la mimosa, la traviesa, la llena de vida. Ahora Ginger tiene artrosis. El sábado pasado fuí al bosque con mi amiga Irina y los niños y Ginger corrió como una loca. Cuando llegó la hora de bajarse del coche, no podía. Literalmente. No podîa moverse. La veterinaria me ha dicho que el tipo de perra que es Ginger no se queja, es dura como una jabata y tira de ella hasta que no puede. Como con los dientes, que le han tenido que quitar 13 dientes, 13 porque los tenía podridos...algunos con las raíces fuera. Yo estaría dando alaridos, pero ella no.

Desde que me he enterado de su artrosis tengo ganas de llorar. Ahora está tomando medicación para el dolor y probablemente la tenga que tomar ya siempre. Que mi perra, que parece una cachorrita en apariencia y en espíritu se esté haciendo vieja...qué duro.

Hoy

Hoy es un día más en el que:

- Me he dado un patinazo tremendo esta mañana con el hielo en la puerta de mi casa. No hace ya tanto frío por el día, con lo que la nieve se derrite y se hace un gran charco. Luego, por la noche, hiela otra vez y se hace un capa de hielo y para más inri...esta mañana ha nevado, con lo que es imposible no caerte.

-He podido disfrutar de Kade más de una hora, que es lo único que puedo disfrutar de él normalmente, porque me tengo de ir a trabajar....¡estoy de vacaciones!...he estado con él desde las 9 y media hasta las 3 y media.

-He llevado a Ginger al veterinario, porque cojeaba mucho...se está haciendo vieja...como todos. Mañana le quitan los dientes que tiene podridos.

-Hoy he ido por primera vez a clase de Yoga al YMCA, y no sabía que era yoga avanzado...la muerte. A ver cómo me levanto mañana...y a las 9 y media tengo clase de Zumba.

-Hoy es el último día que como carne o pescado durante mes y medio. Como no es lo mismo contarlo que vivirlo, voy a vivir como una vegetariana durante 45 días.

En fin, todo esto no hace de hoy un "gran" día...sólo uno más...sin sobresaltos, sin desgracias, sin peleas...un buen día.

Zumbathon

¿Que qué es eso? Pues un maratón de Zumba. Dos horas bailando Zumba para recaudar fondos para el YMCA, el polideportivo de aquí. Y allí he estado yo, sudando como un pollo, pero pasándomelo genial. No me he llevado ningún premio en la rifa...pero da igual. Y por la tarde con Irina y los niños comiendo tortitas...

Como decía Celia Cruz esta mañana...Ay...no hay que llorar...que la vida es un carnaval...y es más bello vivir cantandoooo ( o bailando)