Thursday, September 16, 2010

Carta de una profesora

El síndrome Belén Esteban

Como profesora, las preguntas de los alumnos que más me cuestan responder convincentemente son sobre por qué hay que estudiar cosas que a ellos les parecen inútiles o absurdas, como la Historia o la Geografía. Yo tengo claro qué me aportan a mí, pero de todas las razones que hay para estudiar estas cosas, yo les hago hincapié en lo necesarias que son estas disciplinas para comprender el mundo en el que viven: las coordenadas de espacio y tiempo, que al fin y al cabo son las que tratan la Geografía y la Historia, nos ayudan a conocer el sitio que ocupamos en el mundo y a comprender de dónde vienen nuestras realidades. Que todo eso les puede parecer ajeno y absurdo, pero que muchas de las cosas que estudian tienen que ver con su vida real y que quieran o no, les afectan.

Por ejemplo, ¿quieres saber por qué tienes a tu lado a un compañero que viene de Ecuador? ¿por qué habla el mismo idioma que tú? ¿quieres entender por qué un señor, por nacer con el apellido Borbón, va a ser "rey"? ¿por qué lo que digan unos señores europeos en Bruselas va a repercutir -y mucho- en tu vida? Todo eso es Geografía. Todo eso es Historia.

Algunos esntienden qué quiero decir. Otros no. Yo no llevo mal las preguntas, las protestas...son críos. Es normal. Donde me desarman del todo y me dejan sin respuestas es cuando me dicen que todo les da igual. Que para qué quieren saber dónde está Marruecos, si no van a ir nunca. Para qué conocer el tipo de elcciones que hay en España, si ellos no tienen la intención de votar jamás. Que les resbala que haya una guerra en Irak, que media Africa se esté muriendo de hambre o que la Unión Europea diga "bla". Si ni siquiera les interesa eso, imaginaos lo complicado que me resulta hacer que se interesen por lo que hacían señores de hace cinco siglos. por muy apasionante que yo intente pintarlo.

Y lo que llevo peor, con diferencia es esa actitud de orgullo con la que exhiben su ignorancia y su cortedad de miras. Esa actitud de "no sirve para nada, no me interesa. Eso que cuentas y a lo que dedicas tu vida es una mierda. Yo quiero jugar a la Play/irme de compras al Centro Comercial y ya". La tienen conmigo, que enseño Historia, pero también con los profes de Lengua, de Biología, de Matemáticas. El desprecio por los libros, por el Arte, por la Cultura, por las Ciencias...no es algo tan raro...y puede conmigo.

Ultimamente esa actitud está más de moda que nunca. Tenemos una perfecta encarnación en la dichoda Belén Esteban, que no sabe nada, no quiere saber nada, y se jacta de ello. La mala educación, la zafiedad y la ignorancia puestos en un pedestal día tras día. Todo el mundo la aplaude porque ella es "auténtica" (signifique lo que signifique eso). Conozco a mucha gente a la que le gusta ver a la Esteban y es curioso, porque hay todo tipo de personas entre su público. Entre ellos, los que más me llaman la atención son dos tipos: la gente que tiene ( ocree que tiene) más educación que ella, y la ve como un divertimento, incluso algunos como un consuelo (yo soy mejor que ella), o los que son como ella, que han visto como la ignorancia y la mala educación también te pueden hacer triunfar en la vida y que hay que sentirse orgulloso de ello. Eso me da miedo: que se extienda y que sirva de ejmplo a más bobos, que opinen que el no saber nada es estupendo. Que el presumir de ser zafio e inculto se convierta en políticamente correcto y sea bien visto.

"Eh, que yo no quiero ayuda de nadie, que no necesito ayuda, leche" dice la Esteban en un momento de estos cuatro minutos de despropósitos. "Como yo no he pillado esa revolución -la industrial- tres narices me importa" - un argumento que podría haber empleado uno de mis peores alumnos.

En fin...lo grande es que estoy convencida de que la mayor parte del público (y muchos de los de las mesas) no tenían ni idea de que la chica estaba metiendo la zarpa hasta el fondo y más allá y reían y aplaudían porque lo decía el regidor.

Entendédme: yo no critico a la gente que no sabe. Yo no sé mucho de tantísimas cosas...tampoco creo que tenga que ser motivo de verguenza * el no haber estudiado, el no hablar correctamente o el tener lagunas de conocimiento, Lo que me revienta es la actitud contraria, la exhibición con orgullo de la ignorancia y el menosprecio a cualquier cosa que huela a sapiencia. Me duele el desprecio a la educación, en todos sus sentidos. Me duele...y me da una pena que me muero.


Esta es una carta de una profesora que me ha llegado en un email. Me ha parecido buena idea compartirla. El asterisco es mío porque no sé cómo poner la diéresis en mi teclado americano.

2 comments:

Anonymous said...

Estoy con esa profesora. Es una vergüenza que una persona inculta, mal hablada, etc.... y que encima exhiba orgullosa de todos estos defectos ( a mi manera de ver) la podamos dar cancha durante años para que encima se la vea como una mujer de éxito gracias a su mala educación ( en todos los sentidos)
A veces pienso que vivo en un pais de pandereta. Con la Esteban y los toros sólo nos falta un paso para volver a la prehistoria.
Besos de Eva de Barcelona

Dana said...

Es cierto que los medios de comunicaciòn influyen y mucho, especialmente a determinadas edades, pero para mì el problema gordo de educaciòn sigue estando en casa, y no en la calle.