Amen

Mi hermano Eduardo me ha mandado la columna que escribió para su periódico cuando terminó la serie "Perdidos". Me ha parecido preciosa, así que os la copio. (No te preocupes, Luismi, porque no te cuenta el final).

Náufragos del cielo

Con una maratoniana sesión de madrugada, ayer terminó la serie "Perdidos". Y como diría Jack: "lo que pasó, pasó", aunque no sea exactamente así. No voy a desvelar el final porque muchos lectores lo verán este domingo, ya en su versión doblada. ¿Me gustó? Me ha entusiasmado. Adiós a la isla. Adiós a los universos alternativos por los que deambulaban - ¿o no? sus protagonistas. En la realidad paralela, el Real Madrid ha ganado la liga y usted no es oficinista, sino astronauta, el allá es diferente al aquí. Sin embargo, según hemos aprendido con la serie, el amor tiene sus constantes, sus propias leyes de causa y efecto, y hay personas cuyo destino es encontrarse, y sólo así desaparecerá de sus vidas la sensación de estar perdidos. Esto de las existencias alternativas no me parece una teoría tan descabellada, cuando me presentaron a mi mujer la espeté enseguida: "Oye, no habremos sido novios en una vida anterior?". En definitva, una gran serie, cuyo épico final encuentro más deudor de "El Señor de los Anillos", y su viaje a los Puertos Grises que de "Regreso al Futuro". Un avión que se quiebra en pleno vuelo, una isla que se mueve, el mal como fuerza, el amor como enigma, el perdón como solución, una iglesia que actúa de nexo de unión entre todos...Personalmente, no me importa si muchas preguntas han quedado sin responder, pues la mayor de todas sí ha quedado resuelta: el amor lo es todo. Si fueron seguidores de la serie, pero dejaron de verla, hagan las paces con ella y no se pierdan éste último episodio donde hay una poética escena coral, que justifica la espera. "Lo que pasó, pasó" hemos visto insistir a Jack y a otros personajes. Sí y no. Feliz retorno a casa a los perdidos. Feliz retorno a los náufragos del cielo.