Wednesday, October 12, 2011


Acabo de venir del centro de arte, de una clase de tallar madera. El proyecto dura dos clases de dos horas cada una. Este pájaro es el resultado de la primera clase. Todavía estornudando por el serrín, me siento muy orgullosa del resultado.
La conversación con el profesor al terminar la clase ha sido algo así como:

Profesor manitas: Bueno, si no te sientes satisfecha con el resultado, no te preocupes, porque el próximo día lo arreglamos.
Yo: No, no...si me encanta.
El: Entonces...¿no estás desilusionada con el resultado?
Yo (ya mosqueada): No, no...estoy muy orgullosa.
El: Bueno, claro que si, por supuesto...es tu pájaro, pero que vamos...que todo tiene arreglo...
Yo (ya ofendida): No, no, que me encanta mi pájaro y que estoy deseando llegar a casa y enseñárselo a mi marido...
El (ya comprendiendo que debe de ser lo primero artísticamente decente que he hecho en mi vida...no está muy desencaminado): Estupendo..genial...llévate la lima, y esto si quieres, y esto...


Así que animadísima, nos hemos venido a casa mi pájaro y yo y le he venido contando por el camino que a lo mejor me apunto a una clase de pintar cristal o cerámica o algo así en mi universidad.

Ya os contaré y os enseñaré cómo ha quedado...todavía no sé si será una gaviota o una paloma...después de la segunda clase, que es el jueves que viene.

1 comment:

Dana said...

Un turpial, eso será . Felicidades!