El nombre me sonaba. Reishi. Sí, me sonaba mucho. Me sonaba haberlo visto en las recetas de mis libros gurus como algo muy bueno.
Ayer fui al herbolario de Escanaba y las tenían en oferta. Normalmente son muy caras, pero sólo costaban un dólar. Y las compré. Incluso la señora del herbolario me preguntó qué iba a hacer con ellas y que ya le contaría.
Y ahora viene la pregunta...y esto...¿cómo se come? porque son muy duras...como una piedra. Voy a internet y al parecer son el remedio para todos los males, pero se toman en té.
Por si acaso, lo tomaremos Jim y yo no vaya a ser que me ponga a alucinar...o a parir...o quién sabe...ya os contaré.
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