Yo soy desordenada por naturaleza, pero como algo bueno tengo que tener, soy ahorrativa por naturaleza. No me cuesta. Es innato en mí. Cuando tenía 16 años fui a París con el colegio, y aun siendo la única que no se colaba en el metro (ser honrada también me sale sin esfuerzo), volví con dinero a casa, algo que nadie podía explicarse, ya que quien más quien menos no tenía ya dinero el segundo día. Tuve que explicar muchas veces que, simplemente, no había nada de lo que me encaprichase.
El tiempo fue pasando y es muy raro que tenga un capricho. Absolutamente todos los electrodomésticos o antojos que se fueron comprando en mi casa ( la televisión en color, el equipo de música "que tenía el nivel de potencia necesario para un pub"...) fue por capricho de mi primer marido.
Mi actual marido es menos antojadizo, pero yo no sé aún lo que se siente al empezar una barra de jabón, o un champú, porque yo los apuro al máximo, hasta que ya no sale nada. Me pueden llamar tacaña, pero no soporto el derroche, algo que en mí es natural, no importa si estoy a primero de mes o a últimos. Ellos lo tiran, o abren uno nuevo, y yo cojo el antiguo y lo exprimo. Me sale solo.
Pues bien, con el tiempo, he ido aprendiendo a hacer mi pan (ya he puesto varias fotos), mi propio detergente
que a lo mejor se ve en la foto un poco raro, pero no veas como lava y salen los 3 litros por 40 centavos (como 30 céntimos), mi lavavajillas
Y esta tarde he hecho mi propio exfoliador de avena. Os pongo fotos para que veais el proceso y el resultado final.
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